La víspera del día de San Sebastián se prendía una hoguera en la plaza del pueblo, con leña cogida por los mozos que se habían casado el año anterior y cantaban y bailaban alrededor de ella, saltando sobre las llamas muchos de ellos, y también algunos mozos iban corriendo por las calles haciendo sonar los cencerros que llevaban atados a la cintura. El culto a San Sebastián es muy antiguo y era invocado para proteger a las gentes contra la peste y contra los enemigos de la religión, celebrándose su fiesta el 20 de enero.

Durante la epidemia de peste ocurrida en Roma en el año 680, fue invocada su protección y desde entonces la Iglesia Universal ve en Él al abogado especial contra la peste. Está sepultado en una catacumba de la Vía Apia, y hay una inscripción que dice : «A Sebastián, mártir y campeón de Cristo, defensor de la Iglesia, terror de la peste».

El hecho de invocar al santo iba acompañado de la quema de leña con el fin de purificar el aire y así liberar del mal y enfermedades como era la peste. La tradición en nuestro pueblo viene de los siglos XVI y XVII y se ve en actas de algunas sesiones celebradas por el Concejo, haciéndose constar las personas elegidas para ir a por leña y transportarla para la luminaria de la noche de la víspera de la festividad de San Sebastián, y como ejemplo, en el acta del 13 de enero de 1900 constan los nombres de los encargados de ir a cortar la leña, Doroteo González González, Pío Prados Maya, Pablo Torres Gómez, Hermenegildo Balandín González, Claudio Segovia Maya, José Gil Miguel y Casimiro López y el de los carreteros para transportarla a la plaza del pueblo, que era donde se prendía la hoguera, que fueron Anastasio González González y Ángel González Mazarías, todos vecinos del pueblo y casados el año anterior, y además que se encargue al Sr. cura la misa con procesión y vísperas según costumbre de otros años, luego la Iglesia estaba presente.

Los carreteros eran los que estrenaban carro, o ponían a trabajar yunta de bueyes o vacas recién domados o eran carreteros casados en el año anterior, y aunque parezca una fiesta profana, sus raíces vienen desde antiguo como culto a San Sebastián, y la foto muestra la ermita de San Sebastián que hubo donde la calle del mismo nombre, cercana a la plaza de toros, donde se hizo la urbanización del proyecto RAM.