Don Remigio Muñoz y Coello fue párroco de Moralzarzal desde 1896 hasta 1936. 

Era natural de Carrión de Calatrava, pueblo de la provincia de Ciudad Real, donde nació el día primero de octubre de1868, hijo de Fulgencio y Regina, iniciando sus estudios eclesiales en el seminario de Ciudad Real en 1880 y pasando al de Madrid en 1889 donde terminó. Fue ordenado presbítero en noviembre de 1895, y nombrado cura ecónomo de Moralzarzal y Cerceda en enero de 1896 por el obispo de Madrid Alcalá, D. José María Justo Cos y Macho, comenzando enseguida su ministerio en nuestro pueblo.

Entre los actos de los que hay constancia de su función parroquial aquí en Moral, el primero y el último fueron bautizos, celebrando el primero con el bautizo de Ildefonso Mayoral Gutiérrez, y el último, el de Alicia Hernández Blázquez.

Al poco de llegar a nuestro pueblo se iniciaron obras en la iglesia, reparando la cubierta, grietas, sacristía y se hizo el retejado, empezando en marzo de 1896 y terminando a finales de septiembre de ese mismo año, e inauguró el actual cementerio en junio de 1898. Fue ascendido a cura propio de Moral en enero de 1911 y la ceremonia oficial de toma de posesión de la parroquia se celebró el 14 de marzo de ese mismo año.

Vivió en la casa de Emilia Mansilla en la plaza de la Constitución nº 4, donde hoy día se encuentra la farmacia, casa que se decía la “casa del cura”.

El 18 de agosto de 1936 se lo llevaron engañado hacia Collado Mediano y al día siguiente, 19, lo asesinaron en la zona de las Salineras, en terreno entre ese pueblo y Becerril de la Sierra. Fue dejado sin enterrar y un vaquero que pasó por allí lo enterró junto con el hijo de este pueblo, el capitán D. Ángel González Marruenda, también asesinado en ese sitio. Ese mismo día asesinaron al médico del pueblo D. Horacio Hernández Calvo muy cerca de allí. Según consta en documentos, sus verdugos le dejaron prepararse para bien morir.

Remigio fue exhumado el día primero de junio de 1939 y ese mismo día enterrado en el cementerio municipal de Moralzarzal.

Se encuentra incluido en la causa de los Santos abierta en la archidiócesis de Madrid, denominada “Cipriano Martínez Gil y 55 compañeros”, celebrándose la sesión de apertura oficial el 18 de marzo de 2017 en la iglesia de la Concepción Real de Calatrava y la de clausura el día 1 de diciembre de 2018 en la Colegiata de San Isidro de Madrid, aportando esta parroquia los documentos encontrados relacionados con él. Una vez iniciada por el obispado de Madrid la causa de los mártires, nuestro párroco, D. Carlos, en 2016 me preguntó si había datos sobre él y le contesté afirmativamente, pidiéndome que me pusiera en contacto con el Obispado, cosa que hice, y a la postuladora de la causa mandé documentos, contesté a sus preguntas y la di datos de testigos vivos en el pueblo, aunque pocos pues la mayoría habían fallecido, y entonces eran unos niños, los de más edad tenían 13 años.

Fui a la apertura de la causa, como único representante de Moralzarzal, y el 13 de marzo de 2018 declaré ante el tribunal en la oficina de la Causa en el Obispado.  Meses después me llamaron para ratificar la declaración y aportar de nuevo toda la documentación, diciéndome el Delegado Episcopal, que yo declaraba como cronista de Moralzarzal, y al poco tiempo estuve en la ceremonia de clausura también como único representante del pueblo, pues hubo personas que querían ir, pero por distintos motivos no pudieron. 

El mayor problema fue conseguir una foto, que apareció milagrosamente en casa de un amigo que me quiso enseñar fotos del pueblo y tenía una en la que aparecía D. Remigio, dándome una copia, pero sin saber que yo la buscaba, copia que le había mandado un primo suyo desde Alicante. 

He dado gracias al Cielo por haberme escogido como representante de esta parroquia aportando datos para los trámites de esta causa tan hermosa como es la declaración de mártir de una persona que fue vecina del pueblo durante más de 40 años, y el Señor me dio la oportunidad y me ayudó a poner mi grano de arena para este empeño. 

La verdad es que me he sentido muy dichoso. Gracias a Don Carlos y gracias a Dios. 

Dios quiera que pronto lo tengamos en los altares. Amén.

Antonio López Hurtado Zárate