Hubo épocas en las que se repartían limosnas a base de pan entre los más necesitados y era lo que se denominaba caridad, como la caridad de San Miguel, la caridad de San Sebastián, de San Roque, de la Ascensión, y en fechas cercanas a esas festividades se subastaba la cocción del pan, de manera que los licitadores que iban a las subastas se comprometían a dar un determinado número de panes, proceder que el que quería quedarse con la cocción del pan pujaba ofreciendo un número calculado de cuartales, para no perder dinero, y hacer llamativa su postura y así quedarse con la subasta, siendo esos panes llamados cuartales, los que regalaban para que se dieran a los necesitados.     

Solían ofrecer una cantidad de cuartales de pan por cada fanega de trigo con la que hacían la harina para cocer el pan, siendo el cuartal la cuarta parte de la hogaza o pieza de pan de cerca de un kilo, y la fanega era una medida de capacidad de grano equivalente a 55 litros y medio, con lo que la fanega era aproximadamente 44 kilos. De esta manera, los que se llevaban la caridad del santo correspondiente, daban la caridad o limosna para los necesitados según la época, y en la subasta de la caridad de las ánimas celebrada el día 21 de marzo de 1610 Miguel Rubio pujó el dicho día el Pan de la Caridad de las ánimas del purgatorio en que dará veinte y seis quartales por cada fanega buen pan a contento de la Justicia de este lugar, que se ve en el acta de la sesión del Concejo de ese día, pero hubo postura pues se pregonó quién cocía el pan, cuando apareció Juan Collado y puso la caridad en 27 cuartales. Que dice: en el lugar del moral a 21 de marzo de mil y seiscientos y diez años estando en Concejo como es costumbre los Seres Miguel Esteban y Eugenio Martín alcalde y procurador y otros muchos vecinos del dicho lugar y estando juntos se pregonó quien cocía la caridad de las animas y apareció Juan Collado y puso la dicha caridad a veinte y siete cuartales de pan a contento de la justicia.

Pero no se remató la postura hasta el día 25 de ese mes, y en la primera parte de la subasta la puso Miguel Rubio en 27 cuartales y medio por cada fanega, pero según se ve en el acta pareció Juan Robledo y puso la caridad de las animas que se ha de dar en este lugar para el domingo de Cuasimodo que viene y dijo que lo puso y ponía a veinte y ocho cuartales de cada fanega de pan cocido de dar y tomar a contento de la justicia, y así se le remató y lo firmó un testigo a su ruego, como se ve en la parte del acta que se muestra al principio.

El primer domingo después de la Semana Santa es conocido como domingo de Cuasimodo, domingo in Albis o Pascuilla, y lo de Cuasimodo viene por ser las primeras palabras de la antífona de entrada que se suele rezar antes de los salmos y con la que eran acogidos los bautizados en Pascua y que empieza «Quasi modo geniti infantes», que en castellano dice «Como niños recién nacidos», siendo antífona, según el diccionario de la RAE, el breve pasaje, tomado por lo común de la Sagrada Escritura, que se canta o reza antes y después de los salmos y de los cánticos en las horas canónicas, y guarda relación con el oficio propio del día, y actualmente se denomina a ese domingo como Domingo de la Divina Misericordia.

Antonio López Hurtado «Zárate»